La única razón por la que puedo ayudarte no es mi gran experiencia sino el tamaño de mis errores. En mis más de 30 años de oficio creo que me he equivocado en todo. Y en el terreno personal, más de lo mismo.

Por eso, si tú buscas una especie de Superwoman que sepa todo, de todo y porque siempre lo hizo bien, le salió bien y nunca se cayó, no podré ayudarte. Quizás pueda ayudarte a caminar y a levantarte.

Yo puedo guiarte, darte ideas, contarte cómo me caí yo en un sitio parecido, contarte cómo salí, cuántos cristales rompí y cómo aprendí a evitarlo. Porque eso es lo único de valor que tengo: mis años en el frente, mis interminables horas haciendo guardia en las trincheras.

Hay gente que sabe teorías, que da clases, que explica lo que han pensado otros, salvo que sean muy buenos, y te explican lo que han pensado ellos mismos.

Pero esa gente jamás ha dirigido nada, ni roto nada, ni nunca ha dado con los huesos en el barro y se ha tenido que levantar. Por eso esa gente nunca dice tacos y habla de humanismo, y de valores, y de resiliencia y de cosas así, con palabras largas, impecables y brillantes.

Yo de eso no sé, lo confieso.

Yo he pasado más de 30 años entre personas (nada de talento). Hombres y mujeres llenos de miedos, de dudas. Camioneros, operarios, administrativos, informáticos, contables, controllers. He pasado la vida entre mis propias dudas, mis propios miedos, mi propia necesidad de aprender más para poder avanzar, para equivocarme menos, para guiar mejor a la gente que he tenido conmigo.

Yo de liderazgo no sé nada. Ni de sinergias y empoderamiento y sostenibilidad.

Yo sé de contratación, de despidos, de Comités de Empresa, de enlaces sindicales. Sé de camioneros esperando en los muelles, de pallets, del frío en locales no calefactados, de cómo se fleja paquetería. Sé de provisiones contables, de técnicos de calidad, de zapato de seguridad, de ERP y de CRM… Yo sé de empresa.

En lo que tiene que ver con el desarrollo profesional me pasa un poco lo mismo. Claro que yo tengo mi Máster y más estudios y diplomas y cuadritos. Porque me he pasado la vida estudiando de todo, porque me da vértigo la cantidad de cosas importantes de las que no tengo ni (repajolera) idea.

Así que si te sirvo de guía podremos hacer un buen acuerdo. Si quieres alguien que te explique cómo vuelan los superhéroes yo no tengo ni idea.

Porque yo disfruto de compartir mi experiencia personal y profesional, contando lo que viví, no lo que enseñé.

Lo único de lo que sí puedes estar seguro es de que he visto cómo mejora la gente que tengo cerca y que entreno.

Sé que se vuelven más tranquilos, con más perspectivas. Sé que se sienten más seguros, no sólo en lo profesional, sino al vivir su vida cotidiana y planificar lo por venir.

Hace muchos años, un alto directivo alemán que se encontró con mi equipo después de un año de cambios gordos, estuvo con ellos en una reunión de todo el día y por la noche, me dijo: «¿Cómo ha conseguido usted que aquél grupo de personas que yo conocí hace un año, no sólo parezcan más altos, sino que hasta se mueven que parecen los Hombres de Harrelson?»

Te juro que me podía haber pagado dos bonus ese mismo día, que no me habría hecho sentir más contenta y satisfecha de lo que habíamos hecho entre todos.

Bien.

Así que, si tú eres directivo, accionista o profesional independiente y buscas mejorar para equilibrar más y mejor tu vida y tu actividad, sin perder autenticidad ni abaratar tus valores, ni vender tu alma al diablo, disfrutando de tus éxitos, de ti mismo y de los tuyos, empecemos.

Si eres cualquier otra cosa o buscas algo distinto, no tengo nada para ti. Ni hoy ni nunca.